Esta investigación tiene por objetivo el estudio de las clases medias en Chile contemporáneo, entendiéndolas como posiciones que encuentran significado a través de un permanente trabajo de construcción de fronteras simbólicas. El análisis de este proceso es el eje de la investigación, enfocándose a la documentación de los distintos espacios y fuentes a partir de los cuales los sujetos inscriben su experiencia en un marco semántico determinado, establecen diferencias significativas con otros actores y construyen así aquello que consideran “ser de clase media”. La investigación se inscribe en la línea de los estudios sobre clases sociales de Pierre Bourdieu (1969; 1986; 1998; 1999; 2000a; 2000b) y los aportes de Erik O. Wright (1985; 1980) por un lado, siendo tributario del trabajo de Michele Lamont (2001; 2004; 2012), Laurent Thévenot (2011; 2007), Luc Boltanski (1999; 2002; 2006) por otro. Dentro de este campo de estudio, busca situarse en el área relacionada las percepciones de la estratificación social y utilizar estas herramientas para el análisis del caso chileno. Con este fin se desarrolla un argumento de cuatro partes. En una primera parte el objetivo principal es establecer los elementos teóricos para abordar el estudio de las clases medias como posición simbólicamente construida, a partir del trabajo de los autores ya mencionados, con particular importancia del trabajo de Pierre Bourdieu (1969; 1986; 1998; 1999; 2000a; 2000b) y Michele Lamont (2001; 2004; 2012). Con el fin de situar la tesis en una matriz teórica específica se revisa muy brevemente esta discusión al interior de las cuatro grandes corrientes identificadas al interior de los estudios sobre estratificación social, configuradas a partir de los trabajos de cuatro autores clásicos: Emile Durkheim (1957, 1968), Max Weber (1964, 1976), Karl Marx ([1859] 1962, [1867] 1974) y Pierre Bourdieu (1969, 1998, 1999a, 2000a, 2000b). Se rescata el enfoque de Pierre Bourdieu como eje para la comprensión de este fenómeno, intentando resolver las principales críticas realizadas a su trabajo y tomando el concepto de fronteras simbólicas como concepto principal de esta investigación, incorporando a través de éste el trabajo de Luc Boltanski, Laurent Thévenot y Michele Lamont. Mediante este recorrido teórico, se establece un concepto de clases medias como herramienta de investigación y como posición socialmente significativa, construida a partir de un permanente trabajo de producción y reproducción de fronteras simbólicas de los individuos. Dentro de este, se establece la importancia del espacio cotidiano y el campo político como ejes privilegiados para esta construcción de estas posiciones. En una segunda parte – expuesta en el capítulo II - se abordan las particularidades de la investigación en este campo para el caso latinoamericano, para lo que se realiza una revisión general de la investigación regional sobre el tema a partir de tres momentos claves en la reflexión sobre las clases medias: el desarrollismo, los ajustes estructurales y la investigación contemporánea, poniendo especial énfasis en la investigación para el caso chileno. Una vez establecido el marco en el cual se inscribe la investigación, se establece la estrategia metodológica para el estudio empírico, basado en dos momentos de análisis: el contemporáneo y el histórico. Dentro del primer momento se trabajó con sujetos clasificados como clases medias, clasificados a partir de los criterios establecidos en extenso capítulo I y III, considerando el ingreso, la ocupación, la trayectoria de movilidad social y los niveles de responsabilidad y autonomía en el espacio laboral. Se realizaron 35 entrevistas semi-estructuradas durante el período comprendido entre febrero del 2011 y abril del 2011, a individuos entre 28 y 64 años. A cada entrevistado se le aplicó una entrevista semiestructurada de alrededor de 45 minutos orientada principalmente a dos aspectos: identificación y percepción de mapas simbólicos de clases/ posición y participación política. Para efectos del análisis, los entrevistados se segmentaron en grupos por ingreso y movilidad social. De manera paralela, durante esta etapa se realizó observación participante en lugares delimitados como significativos por los sujetos. En un segundo momento, se buscó establecer la producción política de las posiciones de clase media a través de: A) Documentación de posiciones y prácticas en el campo político de los sujetos entrevistados B) Análisis de imágenes sedimentadas más influyentes en la construcción de lo que significa hoy “ser de clase media”. Para la primera parte del análisis de utilizaron las entrevistas a los casos anteriormente descritos y observación participante. Para la segunda parte, la investigación se enfocó al análisis de las interpelaciones discursivas emanadas desde lo público en tres coyunturas históricas claves (1938 – 1964 – 2009), en base a un análisis de textos de prensa escrita y documentos oficiales de organizaciones políticas. Los criterios de selección, características de cada período, fuentes y técnicas de análisis son detallados en el Capítulo III, segundo apartado. Dada la extensión del material recabado en esta etapa, para efectos de esta tesis se expone sólo una parte del análisis realizado. En los capítulos IV y V se entregan los resultados de investigación contemporánea, organizados en mapas simbólicos de clases diferenciados por ingreso y trayectoria de movilidad social. La exposición de resultados se centra en primer lugar en las visiones sobre los dos sujetos frente a los que se establecen las dinámicas de imitación, diferenciación, asimilación u oposición: la clase trabajadora y las élites. Para el caso de la percepción sobre las élites destaca la connotación positiva que tiene este grupo entre quiénes provienen de hogares de clase trabajadora, mientras que quiénes poseen un hogar de clase media construyen una imagen marcada por el conservadurismo. Dentro de ambos segmentos hay una prevalencia de la idea de distancia entre la propia posición y la de las élites, distancia concebida como infranqueable. De la misma manera, comparten el componente corporal en las descripciones, en donde el sujeto élites es connotado como portador de una corporalidad positivamente connotada observable en rasgos como la piel blanca, los ojos azules, la delgadez, la sobriedad y la elegancia. En relación al sujeto clase trabajadora, los resultados de la investigación mostraron una percepción transversalmente negativa, incluyendo a aquellos sujetos envueltos en procesos de movilidad social recientes. La relevancia del trabajo de frontera en relación a la clase trabajadora se acrecienta en relación con las percepciones de cercanía simbólica que tienen los sujetos: mientras menor es la distancia percibida, más central resulta este trabajo de frontera y la connotación asignada es más negativa. Así, precisamente quienes tienen un hogar de origen ligado a la clase trabajadora son los que construyen una visión más castigadora sobre este grupo. A esta mirada negativa, cruzada por las ideas de apatía y falta de motivación, se suma la condensación de estos elementos en determinadas marcas corporales connotadas negativamente, el sobrepeso, la falta de cuidado del cuerpo y las formas de vestir vinculadas al consumo irracional, así como los rasgos asociados a lo indígena: la piel morena, el pelo de color oscuro, la estatura baja. En el capítulo V se establecen las diferentes construcciones de lo que es “ser clase media”, en un análisis diferenciado por ingreso y trayectorias de movilidad social. Este análisis es complementado con un apartado especial sobre los procesos de movilidad social, en donde abordan los discursos de aquellos sujetos que se encuentran envueltos en un proceso de movilidad social ascendente, dada la importancia observada de este fenómeno en el discurso de los entrevistados. Frente a la variabilidad de significados del “ser de clase media” observado en los entrevistados, es posible decir que en términos generales los elementos que se ubican en el centro de la construcción simbólica de los sujetos están anclados en su experiencia cotidiana. Cada sujeto, definiéndose a sí mismo como representantes “promedio” de las clases medias, releva ciertas características de su posición que considera deseable como atributos positivos. Pese a ello, es posible distinguir ciertos elementos comunes a todos los segmentos analizados: la idea de trabajo y la noción de vulnerabilidad. Dentro de la configuración simbólica del “ser de clase media” un espacio particularmente relevante lo tiene el fenómeno de la movilidad social, la que configura dos grupos fuertemente diferenciados a partir de una serie de fronteras simbólicas: la clase media “tradicional” y la clase media “recién llegada”. Los entrevistados envueltos en procesos de movilidad ascendente estructuran su percepción del espacio social a base de lo que el proceso de movilidad ha implicado en términos biográficos. Todos los relatos sobre movilidad analizados en esta ocasión ilustran el proceso de movilidad social como una línea que va de menos a más, cuyo punto de inicio está en la infancia del hablante y cuya consolidación se proyecta en la generación siguiente. Es en este contexto adquiere centralidad la noción de mandato en donde se condensan las demandas que el sujeto considera dirigidas a él durante el proceso de obtención de la posición de clase media. La estructura común de los discursos sobre la movilidad compuesta de tres elementos –el movimiento ascendente, el mandato y las barreras–, así como de tres tipos de interlocutores –los impulsores, los obstaculizadores y los pares legitimadores. En el capítulo VI se da cuenta de aquellos discursos, imágenes y prácticas que, desde el plano de lo político, van interviniendo y reconfigurando la producción del sujeto “clases medias”. Dentro de este plano se distinguen dos fuentes relevantes: las posiciones y prácticas políticas de los sujetos y, por otro lado, el discurso político-mediático. En torno al primer eje de análisis, las prácticas y posiciones políticas de los entrevistados se encuentran enmarcadas por una distancia inicial con el sistema político institucionalizado. Si hay algo que estos sujetos de clase media comparten a la hora de posicionarse y actuar en el campo político es el componente impotencia que estructura su discurso, relacionado con el desaliento frente a la posibilidad de influir en los asuntos que les resultan de importancia y en la dinámica de las organizaciones instituidas con este fin, sobre todo en lo concerniente al Estado y los partidos políticos. En esa línea, la idea de sujeto impotente no significa que exista un completo retraimiento de lo público y una desafección por los aspectos colectivos de la vida social, sino que está vinculado con un desplazamiento de este interés a otros ámbitos, tales como el espacio laboral y el espacio cotidiano. Finalmente y en el análisis de aquellas interpelaciones que, desde lo político, intervienen en el proceso de construcción simbólica de las posiciones de clases medias, se presentan tres constructos simbólicos sobre las clases medias, que a modo de imágenes referenciales a las cuales los sujetos acuden de manera permanente para encajar su experiencia y hacerla inteligible. Estos tres constructos simbólicos fueron extraídos del análisis de coyunturas históricas, definidas tal y como se explicó en el capítulo III. Las imágenes examinadas aquí, pese a ser tributarias de un determinado contexto histórico, se entrelazan y mezclan. Por esta razón se realiza una presentación en base a imágenes y no en a un orden cronológico y se les ha llamado imágenes sedimentadas ya que si bien se puede encontrar un momento en el cual la producción de una imagen sobre la clase media es más intensa, se van modificando a lo largo del tiempo. A partir del análisis de coyunturas históricas, se establecieron tres grandes constructos: la clase media “ilustrada”; la clase media de las “grandes mayorías” y la clase media “de esfuerzo”. De esta manera, esta investigación rescata el trabajo constante de fronteras que está detrás de la delimitación de las posiciones de clases medias. En este marco, la polifonía de la noción de clases medias tiene su raíz en la multiplicidad de voces e imágenes que se encuentran en torno a ella, a la vez de las diferencias internas dentro de aquellos segmentos susceptibles de ser clasificados como clases medias. Dentro de éstas fronteras, una de las más relevantes surge a partir de las trayectorias de movilidad social, la que a partir de la configuración de experiencias diferenciadas delimita significados divergentes. Por otro lado, el rol de estas permanentes dinámicas de diferenciación y de recreación de fronteras simbólicas en la configuración de los procesos de estratificación social resulta central hoy para comprender la experiencia de los sujetos en el marco de sociedades desiguales como chilena. Queda en esta línea, sin embargo, largo camino por recorrer. Este trabajo buscó ser un paso en esta dirección.
This research is aimed at the study of the middle classes in contemporary Chile, understanding them as meaningful positions constructed through a constant work of symbolic delimitation of boundaries. The analysis of this process is the core of this research, focusing on the documentation of the different spaces and sources in which subjects enrolled their experience in a particular semantic framework, established significant differences from other actors and constructed what they consider "being middle class." The research takes part with the Pierre Bourdieu’s (1969, 1986, 1998, 1999, 2000a, 2000b) and Erik O. Wright’s (1985, 1980) studies of social classes on one hand. On the other hand it uses the work of Michele Lamont (2001, 2004, 2012), Laurent Thevenot (2011, 2007) and Luc Boltanski (1999, 2002, 2006). This field of study is situated in the area of the perceptions of social stratification studies and looks to use these tools for the analysis of the Chilean case. For this purpose, an argument is developed in four parts. In the first part, the main objective is to establish the theoretical approach for the study of the middle classes as a symbolically constructed position, based on the work of the authors mentioned above, with particular reference to the work of Pierre Bourdieu (1969, 1986, 1998; 1999, 2000a, 2000b) and Michele Lamont (2001, 2004, 2012). To put this research into a specific theoretical matrix, this discussion briefly reviews four major trends identified within the studies on social stratification, configured from the works of four classic authors: Emile Durkheim (1957, 1968), Max Weber (1964, 1976), Karl Marx ([1859] 1962, [1867] 1974) and Pierre Bourdieu (1969, 1998, 1999a, 2000a, 2000b). The approach of Pierre Bourdieu is rescued as an axis for the understanding of this phenomenon, attempting to address the main criticisms of his work and taking the concept of symbolic boundaries as the main concept of this research, incorporating it through the work of Luc Boltanski, Michele Lamont and Laurent Thévenot. Through this theoretical discussion, the concept of the middle class is set as a research artifact and a socially significant position, built from a permanent work of production and reproduction of symbolic boundaries. Within this approach, the importance of everyday space and political space are established as privileged axes for this construction. The second part - discussed in Chapter II - addresses the peculiarities of research in this field in relation to the Latin American case, through a general review of regional research on the subject using three key moments in reflection on the middle classes: the modernization and development discussion, structural economic adjustment and contemporary research. In this review, there is a special emphasis on research in the Chilean case. Having established the framework for the research, the thesis provides the methodological strategy for the empirical study of the Chilean case, based on two stages of analysis: contemporary and historical. Within the first stage, I worked with subjects classified as middle class, based on the criteria established in Chapters I and III, considering earnings, occupation, social mobility path and levels of responsibility and autonomy in the workplace. Thirty-five semi-structured interviews were conducted during the period between February 2011 and April 2011, with individuals between twenty-eight and sixty-four years old. Each interviewee was asked to respond to a semi- structured interview of about forty-five minutes, mainly focused on two aspects: identification and perception of symbolic maps of class/position and political participation. For purposes of analysis, the respondents were segmented into groups by income and social mobility. In parallel, during this stage of the research, participant observation was conducted in places defined as significant by subjects. In the second stage, I sought to establish the political production of middle class positions through an analysis in two axes: A) Documentation of positions and practices in the political field of the interviewees, and B) Analysis of the more influential sediment images in the construction of what "being middle class" means today. The first part of the analysis used the interviews with the participants described above and the participant observation of key places or events. For the second part, the research focused on the analysis of discursive interpellations emanating from the political field at three key historical junctures (1938 - 1964 - 2009), based on an analysis of print media and official documents of political organizations. The selection criteria, characteristics of each period, sources and analysis techniques are detailed in the second part of Chapter III. Given the extent of the material collected at this stage, for the purposes of this thesis, only a part of the analysis is presented. Chapters IV and V provide the results of contemporary research, organized into symbolic maps of classes differentiated by income and social mobility pathways. The presentation of results focuses primarily on the visions of the two subjects in front of whom the participants were establishing dynamics of imitation, differentiation, assimilation or opposition: the working class and elites. The perception of the elites emphasizes the positive connotation that this group has among those who come from working-class homes on the one hand. On the other hand, those from middle-class homes have built an image marked by conservatism and the positive connotation is less important. Both segments show a prevalence of the idea of distance between their position and the elite, and this distance is conceived as impenetrable. They also share physical descriptions, where the elite subject are connoted as carrying positively connoted observable physical features, such as white skin, blue eyes, slimness, sobriety and elegance. In relation to the working-class subjects, the results of the research showed a transversely negative perception, including those subjects with recent social mobility. The significance of boundary work in relation to the working class grows in relation to the perceptions of symbolic proximity with the position of the subject: when the perceived distance is shorter, the boundary work is more central and the connotation assigned is more negative. So, those whose origins are linked to the working class build a more punishing characterization of this group. To this negative view, crossed by the ideas of apathy and lack of motivation, is added the condensation of these elements in certain connoted negatively bodily characteristics, such as being overweight, lack of personal care and clothing styles related to irrational consumption, as well as traits associated with the indigenous: brown skin, dark hair, short stature. Chapter V sets out the different constructions of what "being middle class" is, in a separate analysis by income and social mobility trajectories. This analysis is complemented with a special section on social mobility, which describes the discourses of subjects who are involved in a process of social mobility, because of the observed importance of this phenomenon for this discourse. In light of the variability of meanings of "being middle class" observed, it is possible to say that in general terms, the elements that are located in the center of the symbolic construction of the subjects are settled in their everyday experience. Each subject defines himself as a representative of the "average" middle class and recounts certain features of his position as positive attributes that are considered desirable. Nevertheless, it is possible to distinguish certain elements common to all segments analyzed: the idea of permanent work and the notion of vulnerability. Within the symbolic setting of "being middle class", space is particularly relevant to the phenomenon of social mobility, which forms two groups defined sharply by a series of symbolic boundaries: the "traditional" middle class versus the "newcomer" middle class. Respondents involved in processes of upward mobility structure their perceptions of social space based on how the mobility process has been implicated in biographical terms. All stories about this illustrate the process of social mobility as a line from less to more where the starting point is the speaker's childhood and whose consolidation is projected into the next generation. In this context the command notion takes centrality, wherein are condensed all the requirements that the subject considers directed at him during the process of obtaining the position of middle class. The common structure of discourses on mobility is also composed of three elements, upward movement, command and barriers, as well as three types of stakeholder, promoters, obstructionists and legitimizing pairs. Chapter VI analyzes those discourses, images and practices from the political field which intervene and reconfigure the production of the subject "middle class." In this field, there are two important sources: the positions and political practices of the subjects on one hand, and on the other hand, political and media discourse. In the first axis of analysis, practice and policy positions of the respondents are framed by an initial distance from the institutionalized political system. If there is something that these middle-class subjects share, it is the component of impotence that structures their speech, related to a discomfort about the possibility of influencing the issues that are of importance to them and the dynamics of organizations established for this purpose, especially in regard to the State and political parties. Nevertheless, the idea of subject impotence does not mean that there is a complete retraction of the public and disaffection related to the collective aspects of social life, but is linked with a displacement of this interest to other areas, such as the workplace and everyday space. Finally, in the analysis of those interpellations from the political field that are involved in the process of symbolic construction of middle-class positions, the chapter presents three symbolic constructs of the middle classes, which act as references to the subjects and permanently fit their experience and make it intelligible in a determined semantic field. These three symbolic constructs were extracted from the analysis of historical situations, defined as explained in Chapter III. The images examined here are historical but are intertwined and mixed. For this reason, I present them based on images and not in chronological order. I also refer to these images as sedimented images because if you can find a moment in which the production of an image of the middle class is more intense, they are permanently changing over time. Based on the analysis of historical conjunctures, I establish three main symbolic constructs: the "enlightened" middle class, the middle class of the "great majority" and the middle class "of effort." Thus, this research emphasizes the constant boundary work behind the definition of middle class positions. In this framework, the polyphony of the middle class notion is rooted in the multiplicity of voices and images that are around it, as well as the internal differences within those segments that could be classified as middle class and their constant symbolic and differential production. Within these boundaries, one of the most important arises from the trajectories of social mobility, which delimit differentiated experiences, establishing which defines divergent meanings in time. On the other hand, the role of these dynamics of permanent differentiation and symbolic boundaries recreation in shaping social stratification processes is central today to understanding the experience of individuals in the context of unequal societies such as Chile. Along this line, however, there is a long way to go. This work seeks to make a contribution in this direction.