The student movement from Madrid is one of the actors involved in the cycle of collective action which broke up in Spain in 2011. By means of a qualitative analysis we will assess its origins, its structures, actors and cultural frames as well as its performances and repertoires. The approach we will take emphasizes the importance of the demands, resources and actions of the movements in order to influence the public agenda, the political opportunities set up by the conjuncture and other groups' mobilizations, and also the discoursive strategies which construct identities not necessarily correlated to the raw materials that the former are built upon. This way: (1) we will assess the mobilizations of subjects such as Juventud Sin Futuro, 15 M or Marea Verde as a key structure of opportunity to understand the movement; (2) we will argue that the student movement fulfilled the criteria in order to be considered a social movement; (3) it will be suggested that the students tried to construct a discourse capable of re-politizicing students' issues, framing them under a youth perspective and linking them to other social struggles; (4) it will be affirmed that the repertoires tended to the recycling of resources from other collectives and movements, to the economization of means and dependency towards the agenda of other movements. Notwithstanding the decadency of the movement, what is left of it might find itself in a latent state awaiting for a new opportunity, such as the new Law of Madrid Higher Education Area.
El movimiento estudiantil madrileño es uno de los actores partícipes del ciclo de acción colectiva que se abre en España en 2011. Mediante un estudio cualitativo se analizarán sus orígenes, estructuras de acción, actores y marcos culturales, y repertorios de actuación. La perspectiva desde la que se estudiará el fenómeno enfatizará la importancia de las demandas, recursos y acciones de los movimientos para incidir en la agenda pública, las oportunidades políticas abiertas por la coyuntura y las movilizaciones de otros grupos, así como las estrategias discursivas para construir identidades no necesariamente correlacionadas con las materias primas sobre las que se cimientan. Así: (1) se entenderá como clave principal para situar la movilización la estructura de oportunidad abierta por las movilizaciones de otros actores como Juventud Sin Futuro, el 15M, o la Marea Verde; (2) se argumentará que la lucha estudiantil cumplió los requisitos para ser considerada como movimiento social; (3) se propondrá que los estudiantes persiguieron construir un discurso capaz de repolitizar las problemáticas estudiantiles, enmarcarlas en un plano juvenil y conectarlas con otras luchas sociales; (4) se justificará que los repertorios tendieron al reciclaje de recursos de otros colectivos y movimientos, a la economización de medios y a la dependencia respecto a las convocatorias de otros actores. Pese al desgaste del movimiento, sus restos pueden encontrarse latentes en espera de una nueva oportunidad, como la nueva Ley del Espacio Madrileño de Educación Superior.