La presente tesis busca determinar investigar los factores internos y externos que determinan el tipo de estrategia de política exterior utilizada por Argentina y Chile con el fin de insertarse en la globalización. En ambos casos se trata de una estrategia en la cual prima un énfasis en la gestión de la política exterior más económica que política. Sin embargo, bajo el mismo contexto externo y marcos institucionales formales parecidos la principal diferencia de ambas estrategias pareciera estar esta en el enfoque conceptual, el cual es determinado por factores internos como el modelo de desarrollo y el grado de consenso de las elites en torno a su implementación. En el caso de Argentina pareciera que la estrategia utilizada es mas bien de asociarse con los países vecinos, utilizando en gran medida el mercado interno de MERCOSUR como el destino preferencial de su comercio. Esta estrategia la vamos a denominar “regional”. En el caso de Chile pareciera optar por una estrategia de búsqueda de nuevos mercados en todo el mundo, especialmente enfocado en países desarrollados, sin priorizar a la región latinoamericana como destino de su comercio, sino más bien como destino de inversiones privadas. Al analizar las estrategias de ambos países podemos encontrar factores similares como también propios y diferentes al otro caso, lo cual al parecer determina la estrategia de política exterior a seguir. Al analizar las similitudes de ambas naciones, podemos encontrar una primera semejanza en cuanto al tamaño del país y de las economías: en ambos casos son economías medianas comparadas con los grandes potencias de la región latinoamericanas como Brasil o México, con escasa influencia a nivel mundial. En ambos países se realizaron reformas de mercado, solo diferenciadas en los tiempos de su implementación (en Chile en los 70, en Argentina en los 90). Otra de las semejanzas es que ambos países sufren el mismo proceso de golpes de estado con sendas dictaduras en el contexto de la guerra fría en la década de los 70 y 80, las cuales se van a caracterizar por constantes violaciones a los derechos humanos justificados por la Doctrina de Seguridad Nacional. Debido a estos procesos ambos gobiernos fueron aislados políticamente por la comunidad internacional, reinsertándose en ella con el retorno a la democracia. Sin embargo, aquí podemos establecer una primera diferencia, ya que en el caso de Chile se da un aislamiento político en el régimen militar, aislamiento que prácticamente no se traspasa a las relaciones económicas. De esta manera la dictadura militar logra establecer relaciones comerciales dinámicas con diversas grandes economías bajo la estrategia de apertura unilateral, lo que en definitiva se puede explicar como la proyección del modelo de desarrollo neoliberal a la política exterior de un país aislado políticamente. Esta es justamente la primera de las diferencias en las estrategias “regional” de Argentina y “global” de Chile, donde los procesos y factores internos de cada país son determinantes. Y es en este punto en el cual se acentúa la primera diferencia entre ambos países sudamericanos: el grado de consenso o disenso que tienen las elites en ambos casos en cuanto al modelo de desarrollo. Y como en prácticamente todo país del mundo, la política exterior es reflejo de su política interna, influyendo directamente en la generación de políticas publicas de largo plazo. En el caso de Chile pareciera haber un consenso de las elites en cuanto al modelo de desarrollo basado en una economía abierta al mundo, implantado en el gobierno militar, el cual se ha mantenido hasta el año 2009, potenciando la profesionalización del sector económica de la cancillería. Desde una mirada de rol del Estado podríamos determinar que hay una continuidad del modelo neoliberal con ajustes desde la redemocratización, potenciando desde los años 90 y en especial durante el gobierno de la presidenta Bachelet un rol con mayor protección social del Estado. Podemos afirmar que en Chile hay una elite donde son menos los actores que toman decisiones en comparación con Argentina, una Elite más homogénea en sus orígenes e intereses, lo cual facilitaría generar políticas de consenso, especialmente en temáticas económicas. En el caso de Argentina se podrían constatar que las elites no tienen el mismo grado de consenso que Chile, diferenciándose entre ellas de acuerdo a los intereses propios de cada sector, al origen geográfico, urbano o rural, donde la es habitual el surgimiento de caudillos regionales, quienes buscan objetivos que no necesariamente están alineados en un proyecto de desarrollo de alcanza nacional. Es por ello que si bien en ambos países pasan por procesos dictatoriales similares, con posteriores procesos de redemocratización manteniendo un histórico hiperpresidencialismos, especialmente en Chile, y apostando por una estrategia de política exterior priorizando las relaciones comerciales, es en definitiva el grado de consenso de las elites lo que explicaría las estrategias de política exterior económica que cada país opta con el fin de insertarse en la globalización. En definitiva, en ambos países factores externos e internos van a explicar la génesis e implementación de dos estrategias que se adecuan a la realidad de Argentina y Chile, siendo cada estrategia de política exterior reflejo del grado de consenso en el modelo de desarrollo de largo plazo que las elites buscan implementar en los respectivos países.
The present thesis work intends to investigate internal and external factors determining the type of strategy of foreign policy used by Argentina and Chile in order to be part of globalization. In both cases, it is a strategy where the emphasis on the management of foreign policy, more economic than political, prevails. However, under the same external context and similar formal institutional frameworks, the main difference of both strategies may be found in the conceptual approach, which is determined by internal factors such as the development model and extent of consensus of the élites about its implementation. In the Argentinean case, it seems that the strategy used is usually about the relation with neighbouring countries, by using to a great extent MERCOSUR’s internal market as the preferred trade destination. We will call this strategy “regional.” On the contrary, Chile apparently chooses a strategy that consists of searching new markets around the world, being especially focused on developed countries, without giving priority to the Latin-American region as trade destination, but rather as destination of private investments. When analyzing the strategies of both countries we may find similar factors as well as proper and different from the other case, which seems to determine the strategy of foreign policy to be followed. In addition, when similarities of both nations are analyzed, we may find a first resemblance as for their size and economies: in both cases their economies are medium sized compared to those of the great powers from the Latin-American region such as Brazil or Mexico, with poor influence in the world. Both countries carried out market reforms, which are only different in their implementation times (in Chile in the ‘70s; in Argentina in the ‘90s). As another similarity, the two nations suffered the same coup d’ état process, being both victims of dictatorships in the context of the Cold War in the 1970s and 1980s. These dictatorships were characterized by permanent human rights violations, justified by the National Security Doctrine. Because of these processes, both governments were politically isolated by the international community, being reincorporated with the return to Democracy. Nevertheless, here we are able to establish one first difference, since a political isolation in the military regime took place in Chile; such isolation practically did not go beyond the economic relations. In this way, the military dictatorship established dynamic commercial relations with several large economies under the strategy of unilateral opening, which in short may be explained as the projection of the neoliberal development model onto the foreign policy of a politically-isolated country. This is exactly the first difference in Argentina’s “regional” and Chile’s “global” strategies, where the internal processes and factors of each country are decisive. This is when the first difference between both South American countries is stressed: the extent of consensus or dissent from the élites in both cases regarding the development model. As in almost every country, their foreign policy is a reflection of their domestic policy, directly influencing in the generation of long-term public policies. Chile has apparently a consensus of the élites regarding the development model based on an economy open to the world, established during the military government; such model still remains in year 2009, strengthening the professionalization of the economic sector in the Ministry of Foreign Affairs. Considering the role of the State, we could determine that there is a continuity of the neoliberal model with some modifications since the re-democratization, improving as from 1990s and especially during President Bachelet’s administration with greater social protection from the State. We may state that Chile has an élite group where the number of actors making decisions is smaller than that of Argentina; more homogenous élite in its origins and interests, which would facilitate the generation of consensus policies, especially in economic subjects. In the case of Argentina, it could be mentioned that the élites do not have the same extent of consensus as that of Chile, with differences among them according to the interests of each sector, geographical origin (urban or rural), where regional leaders usually appear; these leaders search objectives which are not necessarily aligned with a development project of national scope. That is why it is the extent of consensus from the élites which would consequently explain the strategies of foreign economic policies chosen by every country in order to be part of globalization. Both countries went through similar dictatorial processes, with subsequent re-democratization processes, keeping a historical hyper-presidential system, especially in Chile, being committed to a strategy of foreign policy and prioritizing trade relations. To sum up, external and internal factors will explain in both countries the genesis and implementation of two strategies adapting to the Argentinean and Chilean realities. Each strategy of foreign policy is an image of the extent of consensus in the long- term development model that the élites intend to incorporate in their respective countries.